¿ERES ESCRITOR?ǀ Columna ǀ Gaba Romualdo

¿ERES ESCRITOR?

Cuando alguien me interroga sobre si soy escritora, no sé qué responder. – De sentirme–, como dicen en mi pueblo, –me siento–, aunque no sé bien. ¿Cuántas tallas hay de diferencia entre mi cuerpo talla 30 y, el saco de escritor que sí, se ve muy grande? Pero Cuando por fin rompo el hielo y me animo a responder que sí soy, la cosa empeora, porque quien me pregunta parece querer ponerme contra la pared y sigue cuestionándome: – ¿Te han publicado? ¿Qué lees? ¿A quién lees?–. Ese tipo de interrogantes me parecen una forma de buscar exponer al entrevistado –Y ay de ti, donde respondas que a Sabines y a Bukowski– Yo la verdad es que leo la mayoría de lo que se me cruza, todo lo que me recomienden, pero en toda mi vida he tomado un solo taller de escritura y lamento mucho que me halla faltado literatura en la escuela. Así que todas mis letanías las he escrito con lo que he aprendido de manera autodidacta.

Crecer en un lugar donde no abundan los espacios para la literatura,–un pueblo chico infierno grande que no tiene casa de cultura pero sí una biblioteca vacía–orilla a crearse un concepto desfigurado sobre la lectura, se crece pensando que es aburrida.–así que agradezco inmensamente a mis padres por los pocos libros–me salvaron de no haberle querido dar oportunidad al Quijote.–Ojalá la literatura hubiera sido incluida en mis tiempos de escuela–Pero de verdad–Toda la filosofía que he leído, no estuvo en mi plan de estudios. La lectura, pienso debería ser una materia tan seria como las matemáticas, porque desde más jóvenes algunos empezarían a amar los libros, en la misma medida que al futbol. En Formar lectores desde la infancia, calculo que radica una raíz gruesa de los cambios más grandes que todos quisiéramos ver en el mundo.



Al quehacer de la escritura, llegué un poco más tarde que a la lectura. Desearía haber podido llegar mejor preparada, aunque no estarlo, al final poco importó al querer convertirme en la primera escritora de la familia. Para bien o para mal, en una época en que la literatura y la tecnología se unen tanto, fue no tan difícil aventurarme en la búsqueda del oficio de escritor. Las redes sociales como intermediario entre mi deseo de convertirme en escritora y el mundo, me puso a un clic de distancia de entrar en la carrera por lograrlo, y al mismo tiempo me acercó a todo tipo herramientas que han resultado de mucha ayuda.

A pesar de los números en algunas estadísticas que dicen que ha disminuido la cifra de lectores en México y que hay tendencia de seguir yendo a la baja, también reflejan que ha aumentado el número de lectores en formatos digitales.-
https://www.jornada.com.mx/ultimas/cultura/2020/04/23/disminuye-cifra-de-lectores-en-mexico-inegi-630.html– La gente sí lee, sí compra libros, le está gustando escribir. –pero ojo, no todos podemos ser escritores– y están vendiendo cientos de libros, usando como principal plataforma de difusión y compra/venta, las redes sociales, mismas por las que es posible para muchos entusiastas del mundo de la escritura como yo, entrar en un círculo que antes estuvo reservado solo para unos cuantos. La parte negativa es que la red se va nutriendo de más y más cosas para leer, porque aunque elegir qué leer, puede ser una tarea fácil, repetidamente se está escogiendo mal.

Por ello, es cosa muy importante formar lectores desde la infancia, trabajar en erradicar el analfabetismo literario, de esa manera aumentaría la probabilidad de escoger mejores libros a la hora de leer en el futuro, y al mismo tiempo la posibilidad de que haya mejores escritores–es bien sabido, que entre otras cosas, para buscar el oficio de escritor hay que  escribir y leer mucho–

 “El Nuevo Modelo Educativo reconoce que uno de los fines de la educación es que todos los niños y jóvenes mexicanos aprecien y experimenten el arte y la cultura. En el cual, El punto número 2 de  5 líneas de acción es el siguiente: Libros y lectura: Incluye la ampliación de la capacitación para que más maestros participen en talleres de lectura, además de acercar libros a las escuelas y normales, así como intensificar la promoción de la lectura en ferias de libros”. Por lo que las instituciones educativas públicas, pueden ya contar en sus instalaciones con un gran número de obras literarias, para que formen a su vez, parte del acervo de la escuela en su biblioteca escolar–Ahí la primera parte de la promesa está cumplida–sí llegan grandes camiones a los almacenes, cargados de libros para ser entregados a cada una de las escuelas, pero son cientos los que NO están llegando a su destino final, porque no están siendo recogidos de esos almacenes por una retahíla absurda de justificaciones. Los libros están siendo rechazados por su principal difusor, el responsable de cada institución educativa que no está llevando este material hasta sus alumnos. –pocos Profesores están dando verdadero valor a las herramientas que se están otorgando.

–En 2019, Durante una conversación con tres profesores de secundaria, extendí una invitación para un evento literario–La intención era que llevaran la invitación hasta sus alumnos–con el propósito de hacerles llegar un mensaje motivacional, y que esto sirviera de puente entre la comunidad estudiantil y la literatura en la ciudad. Pero, los  profesores, como si se tratara de ganar primero la palabra, al mismo tiempo alegaron que a los alumnos no les interesaba y que de asistir solo arruinarían el evento–Una prueba en carne propia de como los profesores suelen ser a veces, el peor enemigo de un estudiante–. Al evento por supuesto no asistieron los alumnos, muy probablemente la invitación no les llegó. –Sin embargo la educación de un niño dependerá no solo de su escuela, empieza desde la educación que recibieron de sus padres. De ahí que, cuando en la primaria toca la clase sobre ¿Qué es un libro? Y el Profesor pide a cada niño llevar un libro a clase, la mayoría llega al día siguiente con un libro que huele a nuevo, comprado a última hora en la papelería. Es por eso que se llega a estos lares sin mucho antecedente, siguiendo nada más que el instinto.


Entonces dependerá de muchas circunstancias para que las generaciones que vengan, dejen atrás un buen pasado literario a medida que van creciendo, y dependerá de cuánto logre yo seguir aprendiendo en la búsqueda del oficio de la escritura y llegar a creerme eso de que soy escritora y así poder contestar a la interrogante  – ¿Eres escritora?–Ya no tan tímidamente y sin balbuceos, diciendo, sí, lo soy. 

Gaba Romualdo




Comentarios

  1. Muy acertada tu reflexión, yo llevo años pensando en una manera más efectiva para promocionar la lectura a los jóvenes y niños del lugar donde crecí.

    Al igual que usted mi formación ha sido autodidacta, tomando un poco acá y de allá he ido evolucionando, tal vez no tanto como quisiera, mi cercanía con los libros es más reciente debido al contexto en el que crecí. Por ello mi poco crecimiento en este rubro.

    Pero, llevar el gusto por la lectura a las nuevas generaciones es una tarea que nos toca a nosotros. Y a la posterioridad, si nosotros lo logramos serlo, que algún joven de está tierras costeñas sea el primer nobel de literatura.

    Saludos.

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