EL SIGNIFICADO DE (NO) SER MUCHOS

LOS CALICES VACÍOS: DELMIRA AGUSTINI


Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,
No me mata la Muerte, no me mata el Amor;
Muero de un pensamiento mudo como una herida...
[Lo inefable, Delmira Agustini]


Delmira Agustini (Montevideo, 1886-1914) es una de las poetas más representativas de la poesía hispanoamericana del siglo xx. Admirada por su talento y por la sensualidad de sus versos. Voz fundamental de la poesía modernista, revolucionó a la sociedad de su tiempo por el contenido erótico de sus creaciones.


Sus poemas siguen un criterio modernista y están llenos de feminismo, simbolismo, sensualidad y sexo. En 1913 aparece el libro Los cálices vacíos, aquí se reedita íntegro el segundo poemario de Agustini: Cantos de la mañana; además de una selección de su primer libro de poemas: El libro blanco; así como de la nueva serie de poemas homónima del libro. Se le considera el principio de la segunda etapa poética de Delmira.


Aquí la poeta bebe los sueños del amor y del dolor, directamente de los cálices. Moría de vivir y soñar. No la mataba la vida, no la mataba la muerte, no la mataba el amor.



En Periódico Poético te presentamos una breve muestra del libro Los cálices vacíos, de la poeta uruguaya Delmira Agustini.



Nocturno

Fuera, la noche en veste de tragedia solloza

Como una enorme viuda pegada a mis cristales.


Mi cuarto…

Por un bello milagro de la luz y del fuego

Mi cuarto es una gruta de oro y gemas raras:

Tiene un musgo tan suave, tan hondo de tapices,

Y es tan vívida y cálida tan dulce que me creo

Dentro de un corazón…


Mi lecho que está en blanco es blanco y vaporoso

Como flor de inocencia,

Como espuma de vicio!

Esta noche hace insomnio;

Hay noches negras, negras, que llevan en la frente

Una rosa de sol…

En estas noches negras y claras no se duerme.


Y yo te amo, Invierno!

Yo te imagino viejo,

Yo te imagino sabio,

Con un divino cuerpo de mármol palpitante

Que arrastra como un manto regio el peso del Tiempo.

Invierno, yo te amo y soy la primavera…

Yo sonroso, tú nievas:

Tú porque todo sabes,

Yo porque todo sueño…


Amémonos por eso!…

Sobre mi lecho en blanco,

Tan blanco y vaporoso como flor de inocencia,

Como espuma de vicio,

Invierno, Invierno, Invierno,

Caigamos en un ramo de rosas y de lirios!



** *** **



¡Oh Tú!


¡Oh Tú!

Yo vivía en la torre inclinada

de la Melancolía...

Las arañas del tedio, las arañas más grises,

en silencio y en gris tejían y tejían.


¡Oh, la húmeda torre!...

Llena de la presencia

siniestra de un gran búho,

como un alma en pena;


Tan mudo que el Silencio en la torre es dos veces;

Tan triste, que sin verlo nos da frío la inmensa

sombra de su tristeza.


Eternamente incuba un gran huevo infecundo,

Incrustadas las raras pupilas más allá;

O caza las arañas del tedio, o traga amargos

Hongos de soledad.


El búho de las ruinas ilustres y las almas

Altas y desoladas!

Náufraga de la Luz yo me ahogaba en la sombra...

En la húmeda torre, inclinada a mí misma,

A veces yo temblaba

Del horror de mi sima


***


.¡Oh Tú que me arrancaste á la torre más fuerte!

Que alzaste suavemente la sombra como un velo,

Que me lograste rosas en la nieve del alma,

Que me lograste llamas en el mármol del cuerpo;


Que hiciste todo un lago con cisnes, de mi lloro...

Tú que en mí todo puedes,

En mí debes ser Dios!

De tus manos yo quiero hasta el Bien que hace mal...

Soy el cáliz brillante que colmarás, Señor;

Soy, caída y erguida como un lirio á tus plantas,

Más que tuya, mi Dios!

Perdón, perdón si peco alguna vez, soñando

Que me abrazas con alas ¡todo mío!

en el Sol...



** *** **



Lo inefable


Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,

No me mata la Muerte, no me mata el Amor;

Muero de un pensamiento mudo como una herida...

¿No habéis sentido nunca el extraño dolor


De un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida

Devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?

¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida

Que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?...


Cumbre de los Martirios!... Llevar eternamente,

Desgarradora y árida, la trágica simiente

Clavada en las entrañas como un diente feroz!...


Pero arrancarla un día en una flor que abriera

Milagrosa, inviolable!... Ah, más grande no fuera

Tener entre las manos la cabeza de Dios!



** *** **



Íntima


Yo te diré los sueños de mi vida

En lo más hondo de la noche azul...

Mi alma desnuda temblará en tus manos,

Sobre tus hombros pesará mi cruz.


Las cumbres de la vida son tan solas,

Tan solas y tan frías! Yo encerré

Mis ansias en mí misma, y toda entera

Como una torre de marfil me alcé.


Hoy abriré a tu alma el gran misterio;

Ella es capaz de penetrar en mí.

En el silencio hay vértigos de abismo:

Yo vacilaba, me sostengo en ti.


Muero de ensueños; beberé en tus fuentes

Puras y frescas la verdad: yo sé

Que está en el fondo magno de tu pecho

El manantial que vencerá mi sed.


Y sé que en nuestras vidas se produjo

El milagro inefable del reflejo...

En el silencio de la noche mi alma

Llega a la tuya como un gran espejo.


Imagina el amor que habré sonado

En la tumba glacial de mi silencio!

Más grande que la vida, más que el sueño,

Bajo el azur sin fin se sintió preso.


Imagina mi amor, mi amor que quiere

Vida imposible, vida sobrehumana,

Tú que sabes si pesan, si consumen

Alma y sueños de Olimpo en carne humana.


Y cuando frente al alma que sentía

Poco el azur para bañar sus alas,

Como un gran horizonte aurisolado

O una playa de luz, se abrió tu alma:


¡Imagina! ¡Estrechar vivo, radiante

El imposible! ¡La ilusión vivida!

Bendije a Dios, al sol, la flor, el aire,

¡La vida toda porque tú eras vida!


Si con angustia yo compré esta dicha,

¡Bendito el llanto que manchó mis ojos!

¡Todas las llagas del pasado ríen

Al sol naciente por sus labios rojos!


***


¡Ah! tú sabrás mi amor, mas vamos lejos,

A través de la noche florecida;

Acá lo humano asusta, acá se oye,

Se ve, se siente sin cesar la vida.


Vamos más lejos en la noche, vamos

Donde ni un eco repercuta en mí,

Como una flor nocturna allá en la sombra

Yo abriré dulcemente para ti.



** *** **



Amor


Yo lo soñé impetuoso, formidable y ardiente;

hablaba el impreciso lenguaje del torrente;

era un mar desbordado de locura y de fuego,

rodando por la vida como un eterno riego.


Luego soñélo triste, como un gran sol poniente

que dobla ante la noche la cabeza de fuego;

después rio, y en su boca tan tierna como un ruego,

soñaba sus cristales el alma de la fuente.


Y hoy sueño que es vibrante y suave y riente y triste,

que todas las tinieblas y todo el iris viste,

que, frágil como un ídolo y eterno como Dios,

sobre la vida toda su majestad levanta:

y el beso cae ardiendo a perfumar su planta

en una flor de fuego deshojada por dos....



** *** **



El intruso


Amor, la noche estaba trágica y sollozante

Cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura;

Luego, la puerta abierta sobre la sombra helante

Tu forma fue una mancha de luz y de blancura.


Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante;

Bebieron en mi copa tus labios de frescura,

Y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;

Me encantó tu descaro y adoré tu locura.


¡Y hoy río si tú ríes, y canto si tú cantas;

Y si tú duermes, duermo como un perro a tus plantas!

¡Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;

Y tiemblo si tu mano toca la cerradura;

Y bendigo la noche sollozante y oscura

Que floreció en mi vida tu boca tempranera!




Agustini, D.,(1913), Los cálices vacíos, Montevideo, Uruguay, O. M. Bertani, Editor.

________________________

https://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/agustini/default.htm

https://elcultural.com/delmira-agustini-bebe-el-amor-y-el-dolor-en-los-calices-vacios

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/auto-creacion-y-revisionismo-en-los-calices-vacios-de-delmira-agustini/html/96013b8e-bbac-4341-a9ae-2b288a7e65fe_5.html

http://www.damisela.com/literatura/pais/uruguay/autores/agustini/calices/index.htm

https://www.analisisafondo.com/educacion-y-cultura/item/35192-delmira-agustini,-amor,-sexo-y-locura/

[Diego Montes]



Comentarios

Entradas populares