EL SIGNIFICADO DE (NO) SER MUCHOS: CORPORALIDADES

 UN CUERPO CANTA



El cuerpo: Territorio de paz y reconciliación. Poesía y cuerpo en la autoafirmación del ser.

Valorar el territorio fundamental que es el cuerpo. La poesía es la potencia creadora que permite la autoafirmación de la especie humana y  su relación con la vida del planeta. El cuerpo y su presencia, su libertad. El universo es el gran cuerpo, el cuerpo infinitamente múltiple, la morada radiante de luz dadora de vida. La tierra es el cuerpo donde canta lo viviente, donde el eros universal propicia el gran festejo de las presencias. El cuerpo expuesto a su ausencia abrupta cuando es territorio de guerra, blanco de la violencia.

En esta entrega se reúnen las escritoras y los escritores tales como: Delmira Agustini, Miguel de Unamuno, Gabriela Mistral, Juan Gelman, Ida Vitale, Nicolás Guillén, Wislawa Szymborska, Walt Whitman, Blanca Varela y José Carlos Becerra que nos presenten un cuerpo propio o ajerno para nuestro uso, desde la memoria.



En Periódico Poético te compartimos una recopilación de diez poemas en donde se representa el cuerpo en sus distintos causes y tonalidades.



EL CUERPO CANTA

El cuerpo canta;

la sangre aúlla,

la tierra charla;

la mar murmura;

el cielo calla

y el hombre escucha.

                                        [Miguel de Unamuno]


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OTRA ESTIRPE

Eros, yo quiero guiarte, Padre ciego...

Pido a tus manos todopoderosas

¡su cuerpo excelso derramado en fuego

sobre mi cuerpo desmayado en rosas!

La eléctrica corola que hoy despliego

brinda el nectario de un jardín de Esposas;

para sus buitres en mi carne entrego

todo un enjambre de palomas rosas.

Da a las dos sierpes de su abrazo, crueles,

mi gran tallo febril... Absintio, mieles,

viérteme de sus venas, de su boca...

¡Así tendida, soy un surco ardiente

donde puede nutrirse la simiente

de otra Estirpe sublimemente loca!

                                        [Delmira Agustini]


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SEMPER

tu cuerpo es alto como los patios de la infancia

dulce como la luz de sus crepúsculos

y triste


tu cuerpo dura como el sol

                                        [Juan Gelman]


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AUSENCIA

Se va de ti mi cuerpo gota a gota.

Se va mi cara en un óleo sordo;

se van mis manos en azogue suelto;

se van mis pies en dos tiempos de polvo.


¡Se te va todo, se nos va todo!


Se va mi voz, que te hacía campana

cerrada a cuanto no somos nosotros.

Se van mis gestos que se devanaban,

en lanzaderas, debajo tus ojos.

Y se te va la mirada que entrega,

cuando te mira, el enebro y el olmo.


Me voy de ti con tus mismos alientos:

como humedad de tu cuerpo evaporo.

Me voy de ti con vigilia y con sueño,

y en tu recuerdo más fiel ya me borro.

Y en tu memoria me vuelvo como esos

que no nacieron ni en llanos ni en sotos.


Sangre sería y me fuese en las palmas

de tu labor, y en tu boca de mosto.

Tu entraña fuese, y sería quemada

en marchas tuyas que nunca más oigo,

¡y en tu pasión que retumba en la noche

como demencia de mares solos!


¡Se nos va todo, se nos va todo!

                                        [Gabriela Mistral]


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PIEDRA DE HORNO

La tarde abandonada gime deshecha en lluvia.

Del cielo caen recuerdos y entran por la ventana.

Duros suspiros rotos, quimeras lastimadas.


Lentamente va viniendo tu cuerpo.

Llegan tus manos en su órbita

de aguardiente de caña;

tus pies de lento azúcar quemados por la danza,

y tus muslos, tenazas del espasmo,

y tu boca, sustancia

comestible y tu cintura

de abierto caramelo.

Llegan tus brazos de oro, tus dientes sanguinarios;

de pronto entran tus ojos traicionados;

tu piel tendida, preparada

para la siesta:

tu olor a selva repentina; tu garganta

gritando –no sé, me lo imagino-, gimiendo

-no sé, me lo figuro-, quemándose- no sé, supongo, creo;

tu garganta profunda

retorciendo palabras prohibidas.

Un río de promesas

desciende de tu pelo,

se demora en tus senos,

cuaja al fin en un charco de melaza en tu vientre,

viola tu carne firme de nocturno secreto.


Carbón ardiente y piedra de horno

en esta tarde fría de lluvia y de silencio.

                                        [Nicolás Guillén]


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AGOSTO, SANTA ROSA

Una lluvia de un día puede no acabar nunca,

puede en gotas,

en hojas de amarilla tristeza

irnos cambiando el cielo todo, el aire,

en torva inundación la luz,

triste, en silencio y negra,

como un mirlo mojado.

Deshecha piel, deshecho cuerpo de agua

destrozándose en torre y pararrayos,

me sobreviene, se me viene sobre

mi altura tantas veces,

mojándome, mugiendo, compartiendo

mi ropa y mis zapatos,

también mi sola lágrima tan salida de madre.

Miro la tarde de hora en hora,

miro de buscarle la cara

con tierna proposición de acento,

miro de perderle pavor,

pero me da la espalda puesta ya a anochecer.

Miro todo tan malo, tan acérrimo y hosco.

¡Qué fácil desalmarse,

ser con muy buenos modos de piedra,

quedar sola, gritando como un árbol,

por cada rama temporal,

muriéndome de agosto!

                                        [Ida Vitale]


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YO CANTO AL CUERPO ELÉCTRICO

1

Yo canto al cuerpo eléctrico,

Me abrazan los ejércitos de quienes amo y yo los abrazo,

No han de soltarme hasta que yo vaya con ellos, hasta que les responda,

Hasta que yo los purifique y los colme con la carga de mi alma.

¿No es sabido que quienes corrompen su cuerpo están ocultándose?

¿Y quiénes profanan a los vivos son tan viles como quienes profanan a los muertos?

¿Y que el cuerpo no vale menos que el alma?

¿Y si el cuerpo no fuese alma, qué es el alma?

                                        [Walt Whitman]


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TORTURAS

Nada ha cambiado.

El cuerpo es doloroso,

necesita comer, respirar y dormir,

tiene piel fina y, debajo, sangre,

tiene buenas reservas de dientes y de uñas,

huesos quebradizos, articulaciones dúctiles.

Para las torturas todo se tiene en cuenta.


Nada ha cambiado.

El cuerpo tiembla como temblaba

antes y después de la fundación de Roma,

en el siglo veinte antes y después de Cristo,

las torturas son como fueron, aunque la tierra ha menguado

y diríase que todo sucede a la vuelta de la esquina.


Nada ha cambiado.

Salvo el número de habitantes por metro cuadrado,

a las viejas culpas se suman nuevas,

reales, imputadas, momentáneas y nulas,

pero el grito del cuerpo que las avala

era, es y será un grito de inocencia

según el baremo y escala seculares.


Nada ha cambiado.

Quizás los modales, las ceremonias y las danzas,

pero el gesto de brazos protegiendo una cabeza

sigue siendo el mismo.

El cuerpo se retuerce, forcejea para liberarse,

cae postrado, dobla las rodillas,

lividece, se hincha, babea y sangra.


Nada ha cambiado.

Salvo el curso de los ríos,

la línea de los bosques, costas, desiertos y glaciares.

Por esos parajes el alma yerra,

desaparece, vuelve, se acerca y se aleja,

ajena a sí misma e inasequible,

ora segura, ora insegura de su existencia,

mientras el cuerpo es, es y sigue siendo,

y no tiene donde cobijarse.

                                        [Wislawa Szymborska]


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RITMO DE VIAJE

Este cuerpo que yo acaricio lentamente extendiendo la noche,

este cuerpo donde yo he penetrado en mi propia distancia,

en mi sofocamiento de sombra.


Este vientre donde el amor abarca a la noche,

estos senos donde la luz altera los signos,

este cuerpo al que ahora me entrelazo, este cuerpo al que ahora me solicito.


Este cuerpo conmigo se traspone, se vence,

se lleva consigo a la noche y sus altares,

sus caminos ardiendo por su propia señal,

su oleaje, sus costas encendidas...


Esta mujer donde la noche descifra sus juegos ocultos,

este amor al que no debemos llamar amor sino adentro de sus aguas.

Este amor, este amor,

este instante donde el infinito es la obra de los que se aman,

de aquellos que llegan al estanque de cada caricia como buzos sagrados.

Este ritmo, este ritmo de viaje,

esta navegación entre la bruma,

todo lleva consigo su bandera extraviada,

su aurora boreal...

                                        [José Carlos Becerra]


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EL POEMA ES MI CUERPO...

el poema es mi cuerpo

esto la poesía

la carne fatigada

el sueño el sol

atravesando desiertos

los extremos del alma se tocan

y te recuerdo dickinson

precioso suave fantasma

errando tiempo y distancia

en la boca del otro habitas

caes al aire eres el aire

que golpea con invisible sal

mi frente

los extremos del alma se tocan

se cierran se oye girar la tierra

ese ruido sin luz

arena ciega golpeándonos

así será ojos que fueron boca

que decía manos que se abren

y se cierran vacías

distante en tu ventana

ves al viento pasar

te ves pasar el rostro en llamas

póstuma estrella de verano

y caes hecha pájaro

hecha nieve en la fuente

en la tierra en el olvido

y vuelves con falso nombre de mujercon tu ropa de invierno

con tu blanca ropa de

invierno

enlutado

                                        [Blanca Varela]


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https://www.poesi.as/dag0001.htm

https://www.poemas-del-alma.com/ausencia-mistral.htm

https://www.poeticous.com/juan-gelman/semper?locale=es

https://www.poeticous.com/ramon-lopez-velarde/gavota?laf=t&locale=es

https://www.poesi.as/lc31040.htm

https://boletintokata.wordpress.com/2011/03/31/torturas-por-wislawa-szymborska/

https://ciudadseva.com/texto/el-poema-es-mi-cuerpo/

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/29/Cuerpo/

https://trianarts.com/poesia-erotica-piedra-de-horno-de-nicolas-guillen/#sthash.2a5j0fp9.dpbs

[Diego Montes]



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