EL SIGNIFICADO DE (NO) SER MUCHOS: HERTA MÜLLER
Los pálidos señores con las tazas de moca
Herta
Müller (Nitzkydorf, 1953), es uno de los valores más sólidos de la literatura
rumana en lengua alemana. Es Premio Nobel de Literatura 2009, ha sido
galardonada también con los premios Aspekte (1984), Ricarda Huch (1987),
Roswitha von Gandersheim (1990), Franz Kafka (1999) y Würth (2006)
El
libro de poemas titulado Los pálidos señores con las tazas de moca, de
Herta Müller ha sido publicado, en traducción de José Luis Reina Palazón, por
EDA Libros (Benalmádena, Málaga) en su Colección Norte Sur (Literaturas del
Mundo). Estos poemas -collages, de una fuerza visual e intelectual
extraordinaria son producto de diferentes medios de expresión que se
confrontan, concurren y discurren entre sí: papel, colores, tipografías
diversas de letras y palabras, dibujos ilustrativos o alusivos a su significado
o significados- un conjunto de situaciones ilustradas. De esta manera, Herta Müller
sobrepasa los posibles límites de la escritura literaria añadiendo elementos
que rompen todas las barreras de la realidad. Y todos ellos están sostenidos a
su vez por un lenguaje en el que palabras cotidianas que eran tabú bajo el régimen
dictatorial en el que se concibieron, se cargan de una inusitada energía metafórica
al introducirse en un contexto que subraya su especificidad en esa precisa
atmosfera social. Es decir, vivimos en estos poemas que parecen historietas
cotidianas toda la angustia y la sinrazón de una sociedad represiva. Estamos ante
unos textos que son un juego puro con un lenguaje verdadero, el que viene de un
alma que ha vivido lo real y lo sonado.
La
poesía no se cuestiona ni se atilda: es ella desde cualquier punto de vista,
arranque o silencio. La poesía es experimento, también. Riesgo, mucho más. Es
una poética en la que el ahogo, el asma de quien pronuncia, repasa en carrera
los signos, sin pausa alguna.
En
Periódico Poético te compartimos una breve muestra del libro Los pálidos
señores con las tazas de moca, de la escritora Herta Müller en traducción
de José Luis Reina Palazón.
1
en la pequeña playa allí
venían de nuevo
los finos socios juntos
el
director general el
putero y
su supuesta tita, el
narigón
de mal sueño el
taxista liebre-miedoso el
inaudito probador de
pieles el
flautista de zapatos
blancos el
descansado doctor de
reuma el
representante del zoo y
algo más tarde
dos soldados que cada
lunes
tenían permiso cuando se
les contaba
en el comedor faltaba uno
el pantalón comprado
demasiado pequeño estaba
allí sobre el banco su
dueño era
un carpintero de veranda
puede ser
que se ahogara
2
uno de los vecinos murió
dos veces en la cama en enero
el mismo día incluso en
este y en el siguiente
año el otro estaba
sentado con su tablero de ajedrez
delante de la casa se
quitó la gorra de borla y el tiempo
grande fuera rió
desconcertado para que la atmósfera se pusiera
mejor yo por mi parte no
me preocupé mucho casi menos
que vosotros de mí así de
joven sólo tiró de la
cortina y corrió a través
de la ventana al entierro
como música de
acompañamiento tuve que llorar al
sochantre goteó mi nariz
en el zapato hasta
que le pareció demasiado
y entonces desgarró uno de sus cantos fúnebres
de su cuaderno musical me
lo dio como pañuelo
y dijo cuando se seque me
lo quedo de nuevo
está claro?
3
Madre se convirtió en una
ortiga
Padre se convirtió en un
álamo
en lugar de esto me dijo
uno
durante la cena
todo amor se nos
convierte en lampazo
yo sé en lo que él se
convirtió
y cómo yo me empaqueto
pero me gustaría ser la
espuma
en la boquilla del
clarinete
el penumbroso dinero de
los ladrones
o el flaco ladrido de los
perros
contra la marca de las
costillas de una chaqueta.
4
A mediodía llegó este
cliente con la
pesada cabeza de madera
pelada se sentó relajado delante
en el taburete y dijo al
señor Klenk que
le cortara el pelo él iba
a pagar toda la cuenta
y después iría en coche a
una
boda
el señor Klenk dijo
estamos de acuerdo
detrás del hombre comenzó
con diez encorvados
dedos a viajar a través
de lo vacío y con
la boca a zumbar como una
herramienta
5
Conozco el fresno ese
el
borde del día y la cesta
con dos
ruedas conozco también
en mirada redonda el
cuadrado de residencia
cuando nadie
mira entonces cambiamos
atolondrada
mente la piel
6
Y nada acaba
en el alfabeto de la
angustia
tan cabezacaninamente
pesado
y a la vez lagartijamente
delicado
como el presente
Müller, H., (2010), Los
pálidos señores con las tazas de moca, e.d.a. NorteySur, Málaga, España.
_____________________________________
http://www.tinta-china.net/h_muller_14.htm
https://www.traficantes.net/libros/los-p%C3%A1lidos-se%C3%B1ores-con-las-tazas-de-moca
https://www.traficantes.net/libros/los-p%C3%A1lidos-se%C3%B1ores-con-las-tazas-de-moca
https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2010/09/810-herta-muller.html
https://letralia.com/ciudad-letralia/cronicas-del-olvido/2019/02/18/herta-muller-dos-lecturas/
Comentarios
Publicar un comentario