Mi nombre es nadie| Armario de Brevedades
Armario de brevedades
Decidí llamar a la columna “Mi nombre es nadie” en honor al pasaje de la Odisea donde el
protagonista vence con estas palabras (y un ingenioso ardid) al cíclope. Me pareció ad hoc
para escribir sobre artistas emergentes, joyas ocultas que aún no están en el “Olimpo
Literario”, pero que no le piden nada a escritores ya consagrados. Literatura contemporánea
en el sentido más actual de la palabra.
En esta primera entrega, me dispondré a reseñar Armario de brevedades del veracruzano
Óscar Páez.
Para escribir minificción hace falta ser preciso e ingenioso, esto lo entiende Páez a la
perfección. Veinticuatro textos componen la obra, ninguno de ellos mayor a las doscientas
palabras. El autor narra la violencia contra la mujer, en algunos textos como víctima
(Parálisis del sueño), en otros logra defenderse y poner un alto a su agresor como en
Intento de vuelo (con el que inicia la obra) y En defensa propia. Textos policíacos: La
Rubia y El manuscrito. Fantásticos: (Y a mi gusto dos de mis favoritos, no sólo de
Armario de brevedades, sino de todo lo que he leído en minificción) Cena entre amigos y
consecuencias de una mordida. Dramáticos: (pero que reflejan bien la violencia del país)
El ritual de mamá y Mi último deseo. Irónicos, como Cuento de Terror que me sacó una
carcajada. Y poderosos/poéticos: como la joya que es El ahogado.
Alcanzar tantos registros, abarcar este despliegue de temas me parece que le da gran valor a
la obra. Páez es preciso y sorprende, logra golpear con cada una de sus minificciones.
Recomiendo Armario de brevedades e invito a que lo adquieran con el autor, a un precio
verdaderamente accesible.
[J.R. SPINOZA ]
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