Mi nombre es nadie | Affaire




Mi nombre es nadie

Por J. R. Spinoza



AFFAIRE


A finales de agosto llegó a mis manos el primer libro de la saga: Tú eres mi destino, publicado por la editorial Winged y escrito por la escritora oaxaqueña Lu Carmona. 

La autora nos presenta a una mujer cuarentona (adjetivo que usa tanto al inicio de la novela, como en la contraportada para describirle), Alejandra, quien después de veinte años de casada y con sus hijos viviendo lejos de casa, se plantea la posibilidad de cometer una infidelidad.

Esta idea, impensable en los primeros capítulos de la novela (salvo el prólogo que nos presenta un vistazo al futuro), cambia gracias al encuentro con Sebastián Ricalde, un atractivo escritor que intentará conquistarla.

La novela se narra en una primera persona fluida, que cambia de punto de vista, del de Alejandra Montero, la protagonista (cuando leí el nombre no pude evitar pensar si era un guiño a la escritora Ale Montero, quien pública frecuentemente en revistas independientes, o sólo una coincidencia), Sebastián, Marisa (personaje que me fascinó, mujer decidida y apasionada), incluso hay un punto de vista de Arturo, el esposo de la protagonista al final de la novela. La autora cumple con darle una voz diferente a cada uno de estos puntos de vista y también en construir personajes sólidos con una psicología verosímil y que mantienen la coherencia del principio al final de la novela.

La liberación de Alejandra, de una señora que se auto-percibe como vieja, sin ninguna meta a la vista más que servir a su marido (el cual la tiene desvalorizada y oprimida), se da paulatinamente a medida que se va planteando cada vez más en serio la posibilidad de tener una relación con Sebastián.

Me encantó aquella charla de madrugada tras el desastre que fue el cumpleaños de Alejandra. Todos hemos tenido un mal día, y cuando una persona es capaz de convertir ese sentimiento de frustración en alegría, bueno, es maravilloso.

 

“—Arturo, mi marido, trajo a cenar a unos médicos que venían del extranjero y solo hablaban inglés, me cantaron el Happy Birthday. —Sebastián seguía riendo.

—No te burles, es verdad.

—¿Recibiste mis flores?

Me ruboricé, como si pudiera verme.

—Están bellísimas, ¿cómo supiste que eran mis favoritas?

—Un pajarito me dio el soplo.

—Claro, ese pajarito es muy metiche…”

 

Me pasé tres agradables tardes leyendo la novela. El tema del matrimonio y sus desencuentros seguirá teniendo vigencia y un enorme peso social, por lo menos hasta que completemos el proceso de transformación a personajes de Huxley. Atrévanse a leer Affaire bajo su propio riesgo, podría resultar un espejo que los haga cuestionarse acerca de sus relaciones.

Felicidades a Lu Carmona quien hace poco publicó la segunda parte de la saga. Escribiré de ella en una futura columna.

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