Besos y sueños | J.R. Spinoza
Mi nombre es nadie
Por J. R. Spinoza
BESOS Y SUEÑOS
Los
libros son el mejor regalo.
Para
mi cumpleaños me autorregalé Los niños
del agua, del gran escritor Hiram Ruvalcaba; en Navidad le pedí a Santa
Claus Mis tristes memorias eléctricas,
de Ajedsus Balcázar Padilla y Niebla
ardiente de Laura Baeza. Para reyes pedí Cartas a Victoria, de Gaba Romualdo. Libros y más libros. Uno
completa su metamorfosis a lector cuando carga consigo una mochilita con libros
a todos lados y cada ocasión especial pide libros como regalo. Es por eso que
para este 14 de febrero, le invito a olvidar los chocolates que causan diabetes
y dejar a un lado las rosas que a los seis días están marchitas: regale libros.
Una
buena opción, para quienes gustan del romance y sueñan con encontrar al amor de
su vida es Besos y sueños, de la
escritora matamorense Karina Condado.
Besos y sueños es una novela romántica de 360 páginas
que plantea la pregunta: si despertaras un día y descubrieras que el chico del
que llevas tres años enamorada es tu prometido, ¿disfrutarías de la realidad
alterna en la que vives o intentarías descubrir lo que ha sucedido?
Ese
es el predicamento de Lucy Whitemore, estudiante de Literatura en la Escuela de
Artes de Colorado. Condado nos presenta a un personaje pasivo (por lo menos
hasta la mitad del libro) que compensa con una trama siempre en movimiento y es
que Lucy Whitemore tiene que lidiar con una situación tras otra con poco tiempo
para reflexionar en una vorágine de fantasías y temores. Durante los primeros
capítulos la veremos balbucear en presencia de Dylan, ser torpe y prácticamente
huir, es un personaje introvertido que tendrá una evolución a lo largo de la
historia.
Dylan,
se da cuenta de la existencia de Lucy en el primer capítulo, alejándose del
arquetipo del chico guapo que se cree superior. La madre del joven tiene
cáncer, por lo que sólo puede platicar breves minutos con él al día porque está
muy cansada. La dinámica de Dylan y Lucy cambia al entrar en esta realidad
alterna, primero tan difícil de creer para ella (lo bueno resulta más
inverosímil que las desgracias) y luego tan gozosa para ambos. La autora
permite que el lector disfrute la química entre ellos, dándonos capítulo tras
capítulo de romance y acercamientos, eso hasta la página 197, pero hablar de
ello sería contar de más.
Besos y sueños presenta una narrativa fluida, sencilla
y con puntos de vista en primera persona de ambos personajes. Con tal
estructura resulta sencillo empatizar con los personajes y sentir su romance.
¿Será que Dylan y Lucy están destinados a estar juntos?
Habrá
que llegar al final para saberlo.
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