Muestra Poética | Adriana Paulina Dávila

 

Un poeta borracho enamorado

  

Quise expulsarte,

corrí, pecado.           

Gota de rocío en mi llaga,

desequilibrio acuoso,

derrame mental.

Sequé el bolsillo,

deshidrate mi copa.

Lunera inundada en el alcoholismo pasional,

siempre en el último trago eterno,

                                                       siempre.

El barullo en la cantina

                                 como una fotografía,

                                 siempre la misma escena,

                                                       tú, tú, tú.

Mati, mati, mati,

                      sentir.

Lo siento en el beso embriagante,

                                 es alcohol lo que beso,

labios de boquilla,

es el alcohol que me enamora:

un torso vidrioso,

aquel sudor engañoso,

la saliva compartida de borrachos amorosos.

 

Siento olas que me abrazan,

como arañas,

como plagas,

cosquillas de gusano,

tacto.

Se escurre en la barbilla

espumeante,

tu beso.

¡Vice is nice cabrones!

 


 

A los hombres que se besan en la calle

 

Por Cristo y por el hombre me llamaron maricón,

por amar sus dulces torsos de manantial herido.

Cuando despertaba

venían los nudillos gritándome encima

y yo me revolvía en feto

aferrándome al vientre de mi madre

deseando no nacer al mundo, al pecado y al dolor.

 

Me embistió la risa, el coraje, la desgracia.

Todas las noches las flores lloraron conmigo

pero en un punto de mi cuerpo reinó la belleza,

ahí se mudaron unos labios y una cabellera,

entre las piernas y la espalda

su canción serena de varón erguido.

Palpitan aún viejas miradas,

pero el torso de Cristo sigue siendo más alto.

 

 

Perpetua melancolía

 

A veces caso perdido

sombra que nada persigue.

Duda de mí el abismo

reflejo de mis tormentos.

Pasan los huesos sin dueño

dañados en su tempestad.

Herida que nada resuelve

engaño tan cruel es el tiempo.

Llamas en el firmamento

triunfo que no has de llegar.

Llaga en mi percho la herida

de penas sin resolver.

Resuelva una bala mis males

erratas que sí cometí.

¿De qué modo sacrificarme a la congoja

por un pacto de llanto frenar?

A veces la vida es tristeza

canto que no ve final.

Mira en mis manos la cruz

enjambre que no dormirá.




Crispación afónica

 

Torpeza de aburrimiento

de la ensordecida atmósfera por la idiotez humana.

Furia de tedio de vena nevada,

avanza mortal la erupción de lava.

 

Muriéndose en la terquedad se obtura la calma,

rabiosa mentirosa.

Hambre se lo tragó todo,

todo duerme y se consume,

se mece arruinado,

yo me quedo sola y sin mí.

 

El ruido de la casa,

los platos sucios,

las innumerables tareas que aquejan el humor.

Todo grita y estalla sin sentido.

Solicitud y renuncia,

membrecía de tontas falacias.

 

El taladro repiqueteando en cabeza ajena

exagera en mis células a manera de cáncer,

me violenta y lo violento,

picadura rabiosa de ojos de géiser.

 

Chasquidos y tacones,

teclas de computador,

la radio con interferencia

y la música más disoluta. 

 

Pellizcos sin uñas anidan insectos,

moscas en la mente que gorjean insultos,

lombrices hinchadas en bailes de locura.

 

Estas pobres venas se van a derramar,

darán el último alarido en la orquesta de ciudad,

estresadas arterias que piernas 

no tienen para escapar.

 

¡Silencio!

Silencio tantito,

que se muera la metralla por cinco minutos.

 

 


Adriana Paulina Dávila Velázquez. Azcapotzalco, Ciudad de México. 1993. Poeta, hacedora de versos y máscaras. Fiel seguidora del “Desesperancismo”. Escribe La máscara, el verso y la hemorragia en bicicleta editorial Centro Transdisciplinario Poesía y Trayecto a. c. (2015) y Verbosco Bardía editorial Versoterapia (2020).  Participa en antologías como Caída hacia el desesperancismo, Razones para no escribir poesía editorial El nido del Fénix (2016), Flores de vacío editorial Versoterapia (2020) y Versas y diversas. Muestra de poesía lésbica mexicana contemporánea editorial Universidad Autónoma de Aguascalientes (2021). Ha contribuido en revistas digitales como Lo innombrable y Trepanación. Forma parte del grupo de lectura Auris Circulo de Poetas en CDMX y todo rincón abierto a la lectura de poesía.

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