Muestra Poética | Ana Basilio
Retorno de Saturno
Posiblemente quepa todo el mar en tus
ojos
y quepa todo el sol en tu actitud de acuario
Pablo de Rokha
Cuando tenía siete años quería ser poeta.
A la mierda la poesía.
Poeta no poetisa.
Con un nombre inglés inventado.
R i m b o m b a n t e.
Pseudónimo, me decían.
Quise ser la virreina de Sor Juana,
la perra sarnosa de la musa.
Jeta de Santa.
Pero un año después
conocí Harry Potter
y me
inventé doce fábulas,
una por cada mes en Hogwarts.
La fábula se salió de mi mente,
manifestada en mis siete vidas de gata.
Caminó sobre la calle la muerte
con rostro incendiado y hoz de hierro,
detenida en mi frente, volteé y nos
miramos.
Aquí estoy, Calíope.
Maha Kali. Sri Radha Madhava.
Sentada en un sillón con olor a orines,
fumando marihuana y comiendo chetos,
en la cima del mundo
al norte de la Ciudad de México,
lamiendo de la boquilla el aguardiente.
Pegándome en la frente contra todos.
Urdiendo en los rincones con las ratas,
el fin de mis tiempos y de los mares.
Si tengo suerte Shiva me hará cenizas
y se cubrirá una yema con el polvo de mis
huesos.
Si viene mal el mensaje de Hermes
me ovillaré ante todas las vulvas y todas
las vergas
hasta que la reina me parta en mil pedazos
o regrese como cerda en el nombre de Circe.
Iztapalapa
Hay
un lugar secreto
donde nos miramos
Ahí
el agua corre
negra
sobre mi cuerpo
Dicen
que no lloverá pronto,
que aproveche la caída
aunque esta
huela a veneno
El Viennetta es un postre para festejar a la vida y no me importa que
alguien opine lo contrario
Ya basta de cantarle a la tristeza, lloremos de
alegría.
Gasta todos tus ahorros en tu videojuego
favorito,
en la consola más moderna, en las bolsas más
caras.
No vayas a trabajar, miéntele a tu jefe,
dile que estás enfermo,
y si la mentira rueda como bola de nieve,
ve al doctor y dile que estás enfermo.
Pega tu frente a un foco y grita que te
duele algo,
que te duele todo.
Que fuiste al IMSS y nadie te hizo caso.
Que la chica de ventanilla dijo que ya no había
medicinas
y luego te ignoró con una mueca fea
mientras se jalaba el cabello.
Dilo. Di que el mundo siempre ha estado en
llamas,
que las promesas del apocalipsis llegaron antes
que tú a esta era.
¡Qué época más divertida para estar vivo!
¡Qué ganas de sobrevivir a las siete
pestes!
Yo quiero cabalgar con los cuatro jinetes
para llover de felicidad
con cada machetazo,
oyendo las voces de mi dios el hambre,
el que hace de los gusanitos un dip para morderle
a la tortilla
y lamer cada resquicio de los platos.
Nada mejor que morir para siempre en estos
días,
y decolorarse el cabello de azul y morado.
Deja que te caiga el confeti,
hazte una herida en el brazo
y que todos lo vean,
porque no importa,
ya nada más importa.
Corre al Oxxo y sé feliz.
Cómprate un Viennetta
aunque no sea tu cumpleaños.
Festeja sin sentido y apaga la velita
con el más sincero deseo
de no volver a nacer.
Las huestes de Quirón
Salvia, hierba dulce y cedro.
El fuego truena los cuerpos
y la casa se llena de olores.
Sahumamos desde la entrada del patio
hasta la azotea, el drenaje del baño.
La negrura de los bordes acecha
un rollito de plantas
acompañados de los cantos más dulces
de los nietos más pequeños.
Esta es la fe que yo conozco,
el remedio a los pensamientos más
ponzoñosos
de una víbora que yo misma alimento
de día, de noche,
desde mi lengua hasta el monte de Venus,
en el copalli monte sagrado
se hincan los muertos de mi familia,
postrándose con la frente pegada al suelo
para derramarse sobre los que estamos
y los que han de venir por sangre,
para protegernos. Para proteger, vivimos
en paz.
Por cada rezo un cabello,
en cada mantra levita mi oración
con mis rodillas dobladas,
porque duele, porque cada respiración
duele,
nos acercamos a la luna
en su manto de invocación.
Madre oscura, estaré otra vez
en medio de la habitación
rumbo a los pies de la madrugada
al borde de la cama,
sosteniendo nombres con la boca,
levantamos torres hasta adentro.
El corazón del planeta
y una última palabra de Dios.
Galletita de la suerte
Todo poema es un conjuro.
Eso tú ya lo sabías,
y aun así escribiste mi nombre
como un presagio entre los monstruos.
--
Ana Basilio (Poza Rica, Veracruz, 1992). Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana y Derecho en la Universidad Veracruzana. Es autora de Éter para victimarios (Ediciones Sediciones, 2019) y Retorno de Saturno (Editado por la revista Grafógrafxs, 2023). Ha publicado las plaquettes Manifiesto bacanal (Editorial Circo Literario, 2012), Alógena (Astros, 2008) y Del agua quemada (Editorial Catorce, 2022). Parte de su trabajo aparece en Escaparate de Poesía, Revista El Humo, FemFutura, Vuelapalabra y Poetry Slam Madrid, entre otras publicaciones. En 2021 participó en la antología “Novísimas: Reunión de poetas mexicanas, Vol. Il”, de la editorial Los Libros del Perro. Es integrante del taller de poesía de la revista Grafógrafxs.
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