Muestra Poética | Sergio H. García

 

Tríptico como grito para definir el amanecer

 

En la más densa oscuridad
[…] todo amor es claridad.
Amado Nervo

Yo, pecador, a orillas de tus ojos
miro nacer la tempestad.
Alí Chumacero



I


Camino por tu mundo

ahora que duermes,

rozo la tierra; ando,

           Lázaro-resurrecto

entre cortinas de tus madrugadas

y cocinas de trastes sucios y salvajes

relojes que prometen el amanecer.

 

Camino,

dueño de nada salvo tus silencios;

tus piernas, tierra prometida,

son antítesis del mundo que nos rodea

           con la sequía.

Tú duermes.         Yo ando.

Sueñas.            Camino.

Entre pasillos

deshabitados por luz,

soy fragmento de nuestras noches juntos,

un recuerdo en tinieblas

     de la primera vez.

 

Nada doy por esta noche.

Nada     por esta neblina

izada ante tus ojos,

por ese mundo suspendido

por mis manos amasándote el calor,

los muslos, la fricción 

           frenética y felina

de tu gemido-pliegue

           sobre mi boca.

Nada doy,

              es mía

la tarde jacaranda,

la madrugada suspiro,

la coreografía de tus labios

sobre las sombras de la piel mía.

 

Nada pasa en el mundo

           cuando no estás.

 

No grita el ferrocarril su paso de alma en pena.

No llora el viento,

                      su penitencia

                      traslúcida

de seguir siendo viento.

No se aman

           oscuramente

los gatos entre los tejados

de la ciudad.

 

Nadie se encuentra

           con Nadie

ni se besan en la punta de las pestañas

           y en los pezones,

en los mares sumergidos entre los muslos,

y los martes       simples

floreciendo sobre las costillas.

 

Todo congela.

Todo detiene.

Todo fosiliza el instante de tu cuerpo

iluminado por la noche.

 

Nada nos pasa,

porque nada le pasa a nadie si tú no lo ves,

si tú duermes; si eres ausente.

 

Afuera,

algo como un canto o persona camina.

El mundo,

           irreal como esta habitación,

gira sin tu mirada.

Adentro nada existe, si tú eres ausente.

 

Estoy a oscuras.

 

En soledad.

 

Ahora que no estás,

desnudémonos,

tomémonos de los ausentes

           y seamos cuerpos

acariciados por primera vez,

tocados,

masturbados por pétalo de mano ajena.

 

Desnúdame

           y guárdame;

son tuyos mis secretos,

el árbol caído de la niñez;

mis tumbas.

Tuyas mis palabras,

caricias que repito en soledad.

 

No digas nada; desnúdame.

Lo que más quiero

           es desnudarme

y ver cómo te desnudas

hecha de calles,

lloraderos de cicatrices cerradas,

penínsulas oscuras de tu madre;

y tus pechos, y tus nalgas, y todos los sí

tatuados en tu piel

que aún nos unen.

 

Qué gana de morirnos en la plenitud de quien hace el amor,

qué gana de querer y ser querido,

de ser tomado,

de ser.

 

Ahora que la madrugada es:

tómame, llévame, aplástame,

contradíceme, ahógame, despéinate,

muérdete, muérdeme,

crújenos, aúlla, desmiénteme, desúnete,

arrodíllame, dime que sí, jálame, jálame, jálame,

aquí, vuélanos, aprisióname,

alba, gime, grito, comezón, calambre,

lamida, raspón, golpe,

muévete, frenesí, húmero,

ida, maravilla, costillar de perlas,

sábanas, sudor, venida,

pirotecnia,

sí, sí, sí…

lluvia.

 

II


No

solo

de carne

vive el

hombre;

puedo

escribir

los besos

más

húmedos

esta

noche

y ponértelos

entre

las

piernas.

 

III


Algo como luz,

como marea de peces albos,

derrama tu nombre sobre blandas

oscuridades de mi cuerpo.

Escucho voces del agua;

nos nadan peces lumínicos

           entre las piernas,

           entre las miradas en silencio

y el cansancio de escritorios,

y trabajos necios y brunos para vivir.

 

Desdibujas las noches de tus pestañas,

nos amaneces brisa, lluvia radiante,

fantasma       que deshollina todo mi cuerpo.

Amaneces tú       jacaranda en primavera,

cerezo otoñal,    

                      amapola

destilándose por todo el cuarto,

floreciendo,

caminando

           sobre tus livianas,

hondas, suaves piernas blancas.

 

Qué gana de ser parte de tus piernas,

qué cálida, qué precisa la desesperación

                          de vivir tus piernas,

y qué alivio, y qué abrigo y qué gusto

cuando tus muslos me eligen

y soy huésped,     agricultor;

fiel congregado a la religión de tu piel.

 

Hay días en quisiera hallarme aire,

suspiro delgado que apenas te toca.

Días en que la sombra de mi piel crece

y mis células murmuran tu nombre.

 

Hay días en los que ¡Ay, días!, quisiera

           dibujar tu cuerpo

de memoria con la lengua

en un bloque de sal,

y escribir mil veces tu nombre

para que todo el mundo no se olvide

de los sonidos de la luz.

 

Caminas.

Turbulentamente caminas, y

algo en la manera que te mueves

baila en la habitación,

se incrusta en el viento

con aleteo de amapa que suspira

sembrándose huracán en mis ojos,

pero mis ojos estaban en su propia fiesta,

acariciando tu piel

que despertaba para iluminar el mundo.

19-enero-2023





Sergio H. García. (México. 1995) Dirige la revista de difusión cultural Poetómanos desde 2016 y editor en Ediciones del Olvido desde 2021. Escritor de las columna musical «Ecos de habitación» publicada quincenalmente en el Periódico Poético y de la columna mensual de cine «Lenguaje para soñar en la oscuridad», publicada en Revista Alcantarilla de Mazatlán, Sinaloa. Mención honorífica en el concurso de Poesía Erótica y Amorosa del estado de Nayarit. Lo han publicado en antologías como «En la palma de tu mano» (Zompantle. 2020), «Detrás del velo: sobre los sueños y la muerte: antología de escritores mexicanos» (Catarsis ediciones. 2020), «Celeste: Antología de poesía mexicana» (Winged. 2022), «Diásporas del abismal: Antología de poetas Mexicanos y ecuatorianos» (Lunada Ediciones, 2022); así como en distintas revistas de distribución nacional como Tierra Adentro, Los demonios y los días, Revista Fósforo, Periódico Poético, Revista Zur o Revista Alcantarilla. Autor de _Que Ninguna tormenta se acerque_ (Crisálida Ediciones, 2021). Becario del programa Los Signos en rotación, Festival Interfaz ISSSTE-Cultura Guanajuato 2018, y Segundo lugar en el concurso Páramo de Sueños en 2019.

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