Muestra Poética | Sigfrido Viguería Espinoza
Paráfrasis
fantasmagórica de la Modernidad
A la memoria de Carlos Fuentes…
Creo que el pasado ocurre hoy en la memoria,
y el futuro ocurre hoy en el deseo,
y que nos engañamos cuando creemos que el pasado
es algo que
murió porque
nos matamos a nosotros mismos.
Un día vamos a ser pasado también,
y nos van a tirar al basurero de la historia,
y el futuro como promesa inalcanzable,
cómo promesa ideológica,
también es por definición algo que nunca vamos a
tener en
nuestras manos.
Yo prefiero pensar que todos los tiempos ocurren hoy…
y hoy tenemos pasado porque recordamos,
y hoy tenemos futuro porque deseamos…
Alía
I
Alía gira inocente mientras su padre sonríe,
Ula- ula son vueltas de felicidad y hogar.
Adentro del ghetto, la guerra impasible
urde un atentado del otro lado del mar.
Rebeldes suicidas, frenéticos…
Aquí, una ciudad sitiada.
Muerte y desencuentro…
II
Alía camina, obediente hacia su madre,
quien amorosa le confía su pan- pita.
Ella cruza en medio de la miseria y espera.
Arriba un ojo observa el vecindario, esperando también
la orden de aniquilar la rebeldía suicida.
Al shabaab bendice su destino de libertad y sangre.
III
Un misil atraviesa la esquizofrenia bélica;
imagen maniquea…
El padre de Alía Mo en medio
levanta el moribundo cuerpo de su pequeña.
Arriba el ojo llora su orden, pero sin contraponerla.
Manos, ojos, palabras invisibles para Alía y familia;
tienen nombre en algunas manos que mecen al mundo.
IV
Alía redime su cuerpo destrozado…
En la sala del hospital desfallecen sus padres, ante el cuerpo
de la hija.
crucificada ella… otros, desde la desolación de la víctima.
Desde el polvo hecho engrudo con la sangre en el vecindario.
Los padres de Alía gritan, lloran, abrazando el último rostro de
la niña.
Dolores de San Vicente…
Sigues siendo esa flor de otoño
de soles pálidos,
te recuerdo con ese andar presuroso y tu delantal
blanco.
Tía Lola de Bucareli,
me gustaba tocar tus rizos castaños;
tu mentón de plata y tus faldas a cuadros.
Encarnas mi vida dolorosa
en el sufrimiento vivido y de tu muerte;
en la brevedad y hermosura de una rosa.
Entiendo tu deuda con San Vicente Mártir,
otrora pueblo donde se tuerce el agua…
de rostros mudos y vida frágil.
Sigues siendo siempre viva
en mi orfandad… ese fuego prometeico;
en los días que me aguardan en la tierra.
Poética
Una vez Pandora abrió la caja
y entonces los gritos y el eco maldijeron
los nombres, las cosas… vocal mortaja.
Cierto día los animales hablaron
con una voz refleja multicolor;
desplegando oralmente el sentido del amor.
Los nombres ya no alcanzan.
Las cosas abúlicas, desmemoriadas,
se ahogaron en el océano de la fábula.
La lengua animal está vedada para nosotros,
se guarda mítica y divina;
como fruto prohibido en el trance con los otros.
Nos queda aún la lira… la melodía,
andar onírico.
En el cauce un refugio… la poesía.
Serenidad
Aquí en la orgía de palabras…
estoy en pañales.
Alguien ha dicho: ¡ciego!
Has crecido en los albores,
pero cáliz onírico,
espera nítido… la tarde.
Sigfrido Viguería Espinoza es licenciado en
letras españolas por la UACH. Tiene estudios de maestría en educación y
doctorado en pedagogía. Es profesor de literatura en el Colegio de Bachilleres
y asesor académico en la Normal Superior de Nuevo Casas Grandes. Escribe una columna
llamada Mito, Literatura
y Realidad en El
Diario de Juárez. Tiene publicaciones en la revista literaria Hambre, en el podcast El buen Cruel, diario
digital de Agua Prieta. Ha publicado en semanarios y revistas literarias
como Nosotros, Metamorfosis y Letra Nostra. Es promotor
cultural y académico en Normal Superior José E. Medrano R, UACJ Nuevo Casas
Grandes y UPN Nuevo Casas Grandes. Dedica su tiempo a la literatura, la
discusión académica y el canto lírico. Publica constantemente ensayos y poemas
en medios impresos y electrónicos. Tiene una columna semanal llamada Utrora
en Estilo Mápula revista
de literatura.
Comentarios
Publicar un comentario