Muestra Poética | Ximena Cobos Cruz
Manifiesto
de las 11:00 am
“Y
todo será destruido para que todo sea
creado
de nuevo en su primera inocencia”
Nada
podrá corromper una vez más
nuestra
imagen
La
fuerza que toman nuestras piernas
no
será valuada en un parto junto al río
solamente
Se
hablará de saltos y carreras
Y
la dicotomía cuerpo mente se verá disuelta
en la misma
disolución
de binarismos que atienden a la
biología
o la tradición
No
seremos más la mujer rota
Lo
que estará quebrado
es el
pasado que antes reconocimos
/acción primera de una
lucha/
y
que será negado firmemente
/finitud irreversible/
Nací
sin más
Sigo aquí.
Categoría
ambigua
Palabra plena que restringe
Convención
jamás deconstruida
y
la filosofía no es suficiente
y
la Lingüística no es suficiente
y
la antropología nunca será suficiente
Porque
el psicólogo no me cura nada
El
analista no me explica nada
El
amor me carcome el lóbulo frontal
y
el hipotálamo
B a b e o
Me
ciño a la heteronormatividad
luego devengo
en flor en canto
en vulva libre
en llanto
Y
no pasa nada
Mi
cuerpo etéreo no resiste
No
contiene no retiene la incertidumbre
de estar siendo definida en
cada letra
Pero
todos dicen que somos maravilla
porque la sangre
porque el clítoris
porque la vida
Y
nada
nada
me ayuda a entender
lo
que me siento
Pequeño
insecto
acorralado en este cuerpo
Y
no resisto
El tiempo me coloca en una
grieta
y
sólo miro
Grito
Grito y el llanto nunca se
hace suficiente.
Fisura
Me
duele un miedo ancestral con el frío
Estamos
quebradas
Indolentemente
fracturadas
El
yeso ha adelgazado mi alma
y no sana aquella grieta que
la cruza
De
polo a polo, pequeñas digresiones
se abren paso
Esa
herida en el cuerpo es cicatriz de
fuego y costumbre
advertencia
de los patrones repetidos y
las
vicisitudes que se avecinan cada vez
más semejantes al pasado
Fisurada
la alegría, mis lágrimas escapan en manada
Salvajes
Asumen
la figura de un búfalo perdido
Quietas como una roca
Anhedonia en
masculino
Cuidado
con la manada,
muerde, arrebata y chilla
enardecidos
por un espacio de aire
en tanta
asfixia.
Tú, último
eslabón en la cadena,
caminas con
la calma que el dolor
de piernas te ha obligado
Tropiezas
todo el tiempo con los cuerpos
y los bultos que circulan por segundo
Sufres con
todas tus células
la ley de la oferta y la demanda
Pero se te ocurrió que no había que leer a Marx,
que era
mejor dedicarse a revisar ansioso
los
cuadernillos de historietas y comprar audífonos
/Hay que aislar
siempre del sonido
ese
minúsculo zumbido sin violencia/
Mañana la
vida se repetirá de nuevo.
te dejarás
llevar por la tenue ululación
masiconforme.
Ingrávido,
casi ausente, bestialmente
en la anhedonia
Será mi rabia
Todavía me habita la poesía
Es la lengua que me quema
por la espalda
que me espina los ojos
y supura en las encías.
Es la palabra con la que
nombro mi tristeza
El eterno desarraigo de los
días
Los paisajes de bestias de
aluminio
El higo estrellado que me duele contra el piso.
La poesía es aún mi espíritu
que arde
/por dentro, arde/
desesperado de mirar los
triunfos de los necios
El espacio artificial de la
escritura
Las medallas, los premios
los cheques de cantidades que nunca van a estar en
mi bolsillo.
Es la hidra enfurecida que
planta cara al terror de este vacío
a la palabra que no ha modificado el pensamiento
Al concepto adiestrado
y la teoría que se escapa en coladeras
Es mi rabia
La que nunca ha estado
quieta o acallada
que rasguña las paredes y los oídos
infectados por la arritmia.
Es mi rabia
la que insulta en las aceras
las miradas sitiadas
por simplezas y agonías.
Será mi rabia
por siempre la poesía será mi rabia
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