Tres poemas de | Javier Fuentes Vargas
XXII
Desde mañana seré feliz,
mamá.
Abriré la ventana del hombre que era
y meteré pájaros a esa habitación vacía:
no quiero que el recuerdo se colme de silencio.
Mataré a alguien
y dejaré en su cadáver
el ramo de flores que jamás recibí,
porque soy hombre
y no merezco flores para celebrar
mi ternura.
Desde mañana
las manos de quienes conocieron mi rostro
harán cuencos para sostener el llanto
y bautizar sus nuevas nostalgias
con esa agua sucia que brotará
de mi ausencia.
Porque
desde mañana seré feliz,
mamá.
Autorretrato
Tengo la cara de mis amigos muertos.
Juego con las palabras de sus epitafios
a componer un himno
para la orquesta de pájaros
que anidaron en sus recuerdos.
Tengo la cara de la abuela que no conocí,
porque conocer a alguien en la vejez
es conocer toda su maldad
filtrada por el tiempo.
Es ignorar las omisiones culposas
en los relatos sobre sus hijos vivos;
los muertos son una sombra ocre
detrás de sus ojos.
Tengo la cara de las ausencias,
una mancha blanca
donde debe decir familia,
una callosidad donde los labios
deberían sostener un recuerdo,
una partitura de canciones para funerales
donde se instalan los nombres
de todo lo que extraño.
Tengo una cara construida por albañiles
con aspiraciones de pugilistas.
Un nombre que no concuerda con este rostro,
una voz que no hace honor a esta cicatriz
y una mentira que le creí al espejo.
Desterrarse (Sión Editorial, Guatemala, 2023)
Me gustaría morir un domingo
abrazado a la flor y la espera,
mientras en una tribuna lejana,
el bullicio inexplicable
sea imposible de traducir para mis oídos.
Me gustaría morir un domingo con lluvia
y la palabra mediodía besándome la frente,
entrar con buen pie en el mármol
y ser el sedimento que se acumula
al fondo del recuerdo.
Me gustaría morir un domingo de diciembre
así mi nombre quedará
para siempre a las vísperas de algo.
Vaho (FlowerSong Press, Estados Unidos, 2021)
Comentarios
Publicar un comentario