Los últimos sublimes | Adriel Gómez Mesa
Los últimos sublimes
Asistes a un estreno,
allí donde se opacaba
el canto indomable
de los últimos sublimes
sólo para atrapar
en acuarelas movedizas
los turbios colores
de una jornada inútil;
para darte cuenta
del banal asentimiento
de una temporada de diásporas
echadas sobre tapices móviles;
un mapamundi
que rompe en mil pedazos tu cabeza
cual si fueras el opaco vidrio
de una botella en la que todos bebieron.
El olvido se ha hundido
como saeta oxidada de memorias
en el pecho vacío de tu coraje vano.
Ya no brota la voz de los sublimes
en la gruta de tus búsquedas,
y cabizbajo, registras en tu entorno
las señas preteridas de un honor,
la huella de un tiempo herido,
la maravilla de un universo que mataron.
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