Poema con gato y otros poemas de Luz Mary Giraldo
En cada plato
Mi sueño en cada plato
como tus ojos cuando tienes hambre
y en la cocina apenas hay mercado
tal vez un poco de cilantro
un pedazo de pan
agua para un caldo simple
aceite en la despensa
y cubiertos a la espera.
Huelo el plato ajeno en la memoria
la leche caliente para el frío
miel y limón cuando duele la garganta y la taza vacía
sobre la mesa.
Mi sueño es no
escribir sobre lo mismo
sino encontrar tu
plato lleno.
Palabras en el muro
Descienden del muro las
palabras
—niñas deslizándose por un
tobogán—
sílabas que acaban en el aire.
Olvido el olor del lápiz y el papel
la luz desvanecida en la memoria
las manos que acarician
y nace el poema con la vida y la muerte
atormentando la punta de la
lengua.
Arte de tejer
Como arañas colgadas
en los muros
se teje y desteje la
tela pegajosa de quien cae en la red.
Saltan nombres que
con un solo clic trae de regreso
al amor que se sabe
pasajero.
Todo cruza en los
hilos de esa joven Penélope
que junta el tejido
de una nueva democracia
Entre caritas
repetidas pasa la vida a la basura
con cada una de las
manos que señalan en todas direcciones
me gusta no me gusta
lo comparto
y los dibujos ríen y
lloran y aman y están tristes
maúllan o ladran
en las voces que
trinan en esas avenidas
de soledad y
desamparo.
Hay un juego de
espejos en la red:
el amor que no
empieza y la amistad que se acaba
las fotos que invaden
la pantalla
la imagen cambiante
como la ropa vieja
la tensión de los
puntos que anuncian la escritura esperada.
En ese espejo de
letras solitarias
teje una araña el
laberinto donde Asterión se esconde
y Teseo busca los
hilos que lo acercan a Ariadna
o que lo alejan.
Poema con gato
Como el gato
el poema se niega a
la caricia.
Juega
camina caprichoso
busca el lugar más
elevado
salta
rechaza el sitio
inhóspito
Desciende
husmea
escarba
aleja la carroña
las cenizas
deja en silencio la
soledad
y la palabra.
La Clepsidra
En mi casa se oye la
clepsidra:
gotea sin detenerse
aunque no esté la
abuela y sea yo quien doble
[las camisas
y la tía camine
despacio en la memoria
—hilo de sombra en la
pared de siempre—.
Sigue
rueca en la sombra
marca el pasar donde
se lustran los recuerdos
el dolor desangrado
entre una gota y otra
sonido de campanas
duelo o nacimiento.
La clepsidra desdobla
los insomnios
dice que la nostalgia
es otra cosa:
leño apagado en algún
horno
piedra lanzada contra
el viento.
Golpea
—música distinta cada
día—
está en mi casa como
una enredadera
en mi rostro y el
tuyo
en la mesa servida
y los desvelos.
Luz Mary Giraldo. (Ibagué, Colombia, 1950) Licenciada en filosofía y letras, con maestría y doctorado por la Universidad Javeriana. Es una poeta, ensayista, antóloga y profesora universitaria. Autora de varios libros de ensayo, antologías de cuento y poesía, valoraciones críticas sobre escritores colombianos y una selección de textos para niños. Con distinciones nacionales e internacionales, entre ellas: Gran Premio Internacional de Poesía Academia Oriente-Occidente en el Festival “Noches de poesía en Curtea de Arges (Rumania, 2013), Premio Internacional LASA-Monserrat Ordóñez (USA, 2012), Premio Nacional de Poesía Casa Silva Poesía en el concurso “La Poesía como una Casa” (2011), dos veces nominada al Premio Internacional de Poesía Fernández Labrador (Salamanca, 2016-2019), Mención Honorífica en Investigación Instituto Distrital de Cultura de Bogotá (2004), Premio Internacional de Ensayo Convenio Andrés Bello (2000) y Beca Nacional de Literatura Ministerio de Cultura (1999). Ha sido invitada como poeta y conferencista a diversos eventos internacionales. Entre sus varios libros de poesía se encuentran: Caza de sombras (Montevideo 2019), De artes y de oficios (Bogotá 2015); Llévame como un verso –Poemas del exilio- (Bogotá 2011); Sonidos en la luz (Medellín 2010); Postal de viaje (Bogotá 2004); Hoja por hoja (Bogotá 2002); Con la vida (Bogotá 1997).
Que bueno leer estos poemas, tan temprano el día... tienen eso que se llama la nostalgia, eso de jugar con el hecho del poema desgranando las palabras sobre el muro o esta lucha de siempre con el teclado y ahora un espacio virtual que nos arrastra. me gustan...
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